Campos interferentes en el sistema nervioso.

20.03.2017

Hoy hos traemos un resumen sobre el artículo del Doctor Pablo Rubén Koval (Buenos Aires) y que trata sobre los campos interferentes, base sobre la que se desarrolla la Terapia Neural.

"...El ser vivo funciona como una red. Una red sin principio ni fin en la que cada punto de ella está interrelacionado con todos los demás puntos que la componen. Hechos ocurridos en el pasado (meses, años) como lesiones, fracturas, cirugías, infecciones, procesos inflamatorios, procedimientos odontológicos, emociones fuertes, pérdidas afectivas pueden dejar memoria en el sistema nervioso y constituir focos irritativos que comprometen el funcionamiento de la red. Esos focos irritativos actúan como campos de interferencia. Hay que señalar que no siempre aquellas agresiones se convierten en campos interferentes.

Durante nuestra  vida vamos acumulando todo tipo de irritaciones, donde la medicina convencional tiende a silenciarlas. De repente, en un momento dado de nuestra vida, acontece un hecho grande o pequeño (en gravedad) que puede aumentar la entropía del sistema nervioso hasta un nivel determinado que puede conducir al organismo a desencadenar síntomas de una enfermedad o determinar cambios estructurales "que aparecen de la nada". Un cambio climático, una fractura, una cirugía, una situación de estrés puede ser el desencadenante.

Desde nuestra óptica el tratamiento correcto de casi todas las enfermedades es ayudar a la autoregulación del sistema nervioso vegetativo para que la persona realmente se cure. Ello  implica actuar sobre las interferencias. Para facilitar la autoregulación puede ser suficiente una aplicación de lidocaína o procaína en el sitio y momento correctos.


Medicina impositiva vs. medicina facilitadora

Es importante diferenciar entre una medicina impositiva y una medicina facilitadora.

La medicina impositiva con sus medicamentos "anti" (anti-dolor, anti-infección, anti-inflamación, anti-fiebre, anti-depresión, anti-diarrea, anti-espasmo, anti-hipertensión, etc.) y con sus medicamentos "favorecedores de" (broncodilatadores, inductores del sueño, estimulantes del apetito, evacuantes intestinales, para la circulación, etc.) pretende indicarle al organismo qué es lo que tiene que hacer, sin respetar su capacidad de autoorganización. Esta conducta habitualmente conduce a más enfermedad o a "nuevas" enfermedades.

En cambio, la medicina facilitadora con sus impulsos de lidocaína o procaína propende a la autoorganización y, por lo tanto, a la recuperación de la salud. Dichos estímulos ayudan al organismo a encontrar su camino de mejoría y de ser posible curarse definitivamente..

Impulsos de lidocaína facilitadores de la autoregulación del sistema nervioso.

Este tratamiento, aunque sin la concepción actual, fue descrito inicialmente por el profesor Alexander Vischñevsky, discípulo de Pavlov (premio Nobel), aproximadamente en 1920 en la ex Unión Soviética y desarrollado por los Doctores Walter y Frederic Huneke en Alemania en 1925. En la fecha Alemania, Austria y Colombia son los países en donde más se utiliza. La concepción actual se debe a los aportes del Dr. Julio César Payán de la Roche, de Colombia.

En medicina, la lidocaína al 1, 2, 4, 5 ó 10 % se usa como agente anestésico local: para pequeñas cirugías, para anestesia peridural o raquídea, para bloqueos periféricos, para aplicar en las encías, en odontología, para las hemorroides, para hacer endoscopías digestivas o bronquiales o para infiltraciones. La lidocaína se emplea también para tratar ciertas arritmias cardíacas. La lidocaína, en general, se usa asociada a adrenalina (epinefrina) para aumentar la duración de su efecto anestésico, una sustancia que puede causar arritmias por estimulación cardíaca, o a un corticoide (cortisona), poderoso antiinflamatorio que puede causar úlceras digestivas, osteoporosis, trastornos psiquiátricos, alteraciones metabólicas u hormonales, diabetes, retención de líquido, aumento de la grasa corporal, etc.

Nosotros usamos lidocaína muy diluida en solución fisiológica al 0.375% sin ningún agregado. En esa concentración tan débil no produce anestesia sino que actúa como impulso para la autoregulación, regulando al sistema nervioso. Es decir que en una concentración menor adquiere la propiedad de un fármaco diferente. Es como el caso de la aspirina, 500 ó 1000 mg sirven para calmar un dolor de cabeza, 100 mg no alivian la cefalea pero sirven para inhibir la adhesividad plaquetaria (evita que se formen coágulos). Al usar la lidocaína tan diluida, sin agregados, sin adrenalina ni corticoide, no ocurren efectos secundarios.

Muchas personas, incluso algunos médicos, dicen: "¡ah!, lidocaína, es anestesia, pasa el efecto y se acabó". La realidad es completamente diferente. La lidocaína al 0.375% aplicada en lugares específicos modifica el estado del sistema nervioso vegetativo en el lugar donde se aplicó y por ende actúa sobre la totalidad del organismo. El sistema nervioso es una red interactiva, sumamente dinámica y versátil; un estímulo en un punto de la red se difunde abarcándola toda, a su vez cada punto se comunica con los demás enviando y recibiendo información, consecuentemente con cada estímulo cada punto de la red se modifica y ésto ocurre permanentemente. Es un sistema ubicuitario que a través de la sustancia intercelular interactúa con cada una de las células, de cada órgano y de cada estructura. La lidocaína al 0.375% actúa como estímulo.

¿De qué modo la lidocaína o la procaína modifica al sistema nervioso? Lo que hace es normalizar el estado eléctrico de las membranas celulares alteradas del tejido nervioso relacionado con áreas enfermas, lesionadas o cicatrizadas, que de ese modo recuperan su vitalidad.

¿Qué beneficio aporta la revitalización de áreas enfermas, lesionadas o cicatrizadas? Cuando el tejido enfermo, lesionado o cicatrizado recupera su vitalidad deja de interferir al resto del organismo y éste empieza a funcionar armónicamente. Es decir facilita la autoregulación del sistema nervioso vegetativo o autónomo, que es el integrador de todos los órganos del cuerpo.

Localmente la lidocaína actúa durante 1-2 hs pero su efecto terapéutico puede durar días, meses o indefinidamente. ¿Por qué? Porque lo que se mantiene es el nuevo estado de organización que logra el organismo tras el estímulo, pese a que el medicamento haya desaparecido mucho tiempo atrás. De la gravedad del desequilibrio depende el número de aplicaciones necesarias. Con cada aplicación la duración del efecto se extiende hasta llegar en la mayoría de los casos a la resolución del problema.

La lidocaína en la concentración señalada y en las dosis que empleamos no produce efectos secundarios, es decir no causa intoxicación, alergia, daño renal, hepático, cerebral, etc. La lidocaína al actuar como estímulo inespecífico puede causar reacciones (no complicaciones). Son reacciones de autoregulación ecológica que hace el organismo en respuesta a ese estímulo y que habitualmente señalan la existencia de algún trastorno preexistente. Las reacciones pueden consistir en fiebre, gripe, dolor de garganta, diarrea, expectoración, flujo vaginal, etc. Esas reacciones son útiles para el organismo porque sirven como "limpieza" y permiten orientar la continuación del tratamiento.

La medicina para la autoregulación del sistema nervioso

La medicina para la autoregulación es útil para tratar la mayoría de las enfermedades agudas, crónicas, funcionales, autoagresivas, por falta de defensas, por falta de capacidad de reparación. no resuelve una fractura, pero es útil para tratar las secuelas; no puede reemplazar a una cirugía en un abdomen agudo (apendicitis, peritonitis, etc.), pero sirve para tratar las complicaciones y secuelas; no resuelve un cuadro infeccioso grave instalado, pero ayuda a prevenirlo y también a tratar sus secuelas; no es útil para tratar un cuadro psiquiátrico grave descompensado, pero en ciertas personas permite resolver la depresión, la angustia, el pánico, el insomnio, una fobia, etc.

El arte consiste en saber dónde, cuándo y cómo aplicar la lidocaína. Este fármaco no actúa como cualquier otro medicamento que se ingiere o inyecta para luego circular por todo el organismo ejerciendo su acción en sitios determinados -por ejemplo, un antibiótico en donde hay bacterias, un sedante sobre áreas del cerebro, un antiácido sobre el aparato digestivo, un broncodilatador sobre los bronquios, etc.- sino que actúa sólo en el sitio de inyección y mediante la modificación que ejerce en ese lugar hace su efecto general. Por esta razón debe determinarse con precisión cuál es el sitio que necesita de la aplicación. En ésto reside parte del arte de la técnica. La segunda parte del arte consiste en saber en qué momento hacer la aplicación asi como en determinar cuánto tiempo dejar pasar entre una aplicación y otra. Finalmente, el arte del cómo está representado por la técnica que exige un exhaustivo conocimiento de la anatomía y una delicada habilidad manual.

Conclusión

La autoregulación es una propiedad inherente a los seres vivos. La enfermedad es una forma de autoregulación. La presencia de interferencias acumuladas durante la vida y silenciadas por los tratamientos impositivos permite explicar la aparición de síntomas o de alteraciones en la estructura a partir "de la nada". La medicina facilitadora de la autoregulaciónpor medio de impulsos con lidocaína o procaína permite eliminar dichas interferencias. De este modo constituye un modo inespecífico, sumamente útil, prácticamente no tóxico, que le permite al organismo alcanzar su estado de salud".