Casos clínicos: Compromiso de la actividad tónico-trópica.
Aquí os dejamos dos casos clínicos muy interesantes extraídos del Libro "Cuadernos de terapia neural" del Dr. Pablo R. Koval acerca del compromiso de la actividad tónico-trópica.
Caso clínico 1:
Este joven de 32 años en un accidente de moto sufrió una fractura cerrada del fémur izquierdo proximal, le colocaron un clavo intramedular que evolucionó a una seudoartrosis y osteomielitis. Personalmente entendí ésto como un trastorno a predominio trófico. Me consultó cuatro años después del accidente, había perdido 8 cm de longitud en la extremidad afectada y estaba programado para una nueva cirugía. Ante ese panorama mi sugerencia fue no hacer ninguna nueva intervención hasta tanto eliminar los factores interferentes que comprometieron hasta ese momento la actividad tónico-trófica natural. Con probabilidad una nueva intervención significaría una irritación adicional en un terreno inadecuado y agravación del cuadro clínico. Siguiendo esa idea, sin hacer ninguna prueba odontológica local pues su resultado carecía de valor al ser un problema predominantemente trófico, sugerí la extracción de los 4 terceros molares. En particular el más sospechoso era el 3.8, (flecha blanca). Esta forma de pensar los problemas de salud no entra en la mente de mucha gente y tras muchos cabildeos, finalmente, rechazó la nueva intervención propuesta en la pierna y sí aceptó hacerse las extracciones, cuatro meses después.
Tras las extracciones, procedí a tratar el resto de los odontones intervenidos y las cicatrices en la pierna afectada. Inmediatamente sintió un alivio notorio en el estado de su extremidad. En la siguiente visita su estado de ánimo había cambiado notablemente así como el aspecto de su pierna cuya piel era marmórea, ligeramente cianótica y más fría que la otra. Como persistía dolor en la cicatriz, repetí los procedimientos de la primera sesión. Ahora habrá que esperar que el proceso reparador reinicie su actividad natural.
Caso clínico 2: Paraplejia tras traumatismo y cirugía, recuperación de funciones tónico-tróficas.
Se trata de un joven de 19 años que había sufrido una lesión medular traumática en el nivel D3-D4 con paraplejía incompleta que se agravó tras la cirugía estabilizadora (conservaba cierto grado de sensibilidad que luego se perdió). Me consultó 5 meses después del accidente (debía viajar 2000 km en avión para acceder a la consulta). En la evaluación inicial presentaba paraplejía motora y sensitiva con nivel en D3, su vejiga estaba espástica con cierto grado de emisión espontánea y utilizaba como forma de micción sondaje intermitente (recibía además oxibutinina), controlaba el esfínter anal en cuanto a retención pero debía efectuar maniobras evacuatorias. Ante este panorama el planteo que me hice fue:
1) actuar sobre el daño traumático y quirúrgico para recuperar áreas en estado de parabiosis. 2) resolver posibles interferencias que pudieran afectar los mecanismos neurales tónico-tróficos reparadores naturales.
Como posibles campos interferentes encontramos: amígdalas, senos paranasales y terceros molares. Para actuar sobre el daño traumático y quirúrgico, en la primera sesión efectuamos una aplicación en la cicatriz dorsal quirúrgica con profundización paravertebral a nivel de D3 y D4 y entrando en los espacios interapofisarios espinosos hasta el ligamento amarillo. Por otra parte efectuamos una aplicación suprapúbica con la idea de aplicar un estímulo débil en el plexo vesical. Todo esto produjo, progresivamente a medida que los procedimientos se fueron repitiendo, una mejoría notable, en extensión y calidad, de la sensibilidad cutánea y visceral así como del control urinario al punto de suspender la cateterización vesical intermitente y eliminar la administración de oxibutinina. Comenzó a sentir el abdomen y los intestinos, y recuperó la función defecatoria normal. Finalmente pudo llevarse a cabo la extracción de los terceros molares que se pospuso por razones técnicas de movilidad. Tras la extracción de las piezas 1.8 y 3.8 mejoró la sensibilidad y el movimiento en las caderas. Tras la extracción del molar 4.8 mejoraron aún más sus funciones sensitivas y motoras. Posteriormente hicimos aplicaciones en las cicatrices de amígdalas y en los ganglios esfenopalatinos. Después de 5 meses de tratamiento la rehabilitación avanzó en forma acelerada pudiendo dar pasos con la ayuda de ortesis.
El tratamiento permitió recuperar tejidos parabióticos y funciones perdidas. El tratamiento de posibles interferencias facilitó la actividad neural tónico-trófica natural, fundamentalmente la capacidad reparadora. Llamó la atención la respuesta a la extracción de las muelas de juicio. En este proceso singular las muelas de juicio evidentemente constituían focos irritativos que generaban alteración de funciones tónico-tróficas y que fueron recuperadas teniendo presentes los criterios teóricos expuestos en este libro.
Este paciente fue para mí una importante enseñanza. Fue el primero con quien pude comprobar la acción irritativa oculta, en este caso de los terceros molares. La recuperación inesperada e "inexplicable" de la actividad medular, severamente dañada, tras las extracciones, da crédito a la teoría que propongo para explicar el modo de acción sobre las funciones tónico-tróficas de la Terapia Neural.
Nota: Los casos publicados se refieren a personas
singulares es decir que no son comparables a otras personas, ni siquiera cuando
sean sumamente parecidas. El objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la
forma de pensar, la forma de considerar la salud y la enfermedad, la forma de
trabajar desde la Terapia Neural.