Dolor lumbar y amigdalectomía
13 de diciembre de 2017.
Paciente mujer de 50 años de edad, acude a nuestra Clínica por dolor incapacitante de la columna lumbar con 4 años de evolución. Dicho dolor se concentra en la zona lumbar, desde hace 3 meses refiere parestesia bilateral en la zona de glúteos y parte posterior de la pierna. Durante la noche se agudizan los síntomas, teniendo que levantarse hasta 5 o más veces de la cama. En las pruebas complementarias se aprecia una protusión lumbar L4 y L5 sin compromiso radicular. La paciente ha sido sometida durante 6 meses al tratamiento de un Quiropractor sin ninguna mejoría. En nuestra Clínica no dejamos llevar nuestro diagnóstico por pruebas complementarias o tratamientos anteriores, hemos de estudiar cada caso en profundidad, realizando las preguntas adecuadas para desarrollar una buena historia de vida. Nos guiamos por aquellos hechos (operaciones, traumas, enfermedades, cicatrices, etc.) que generan interferencias eléctricas en el sistema nervioso. Es muy importante centrarnos en qué ha pasado anteriormente a las manifestaciones (dolores o enfermedades) con los que acuden los pacientes a nuestra consulta. Siempre buscamos el origen de esa manifestación (dolor, hernia discal, tendinitis, depresión, estreñimiento, etc.) que lo encontraremos en la historia de vida del paciente.
Tras realizar una buena historia de vida, apuntamos como posibles focos irritativos la operación de amígdalas con 7 años y una histerectomía a los 35 años.
Primera sesión: Se trató la cicatriz de amigdalectomía, de forma inmediata el dolor lumbar se alivió por completo. La paciente pudo incorporarse y caminar sin dificultad, esto fue sin duda un fenómeno que se dió en pocos segundos.
Segunda sesión: Una semana después la paciente nos comunica que no refiere ningún dolor, la parestesia ha desaparecido y por fin ha podido dormir con total normalidad.
Nota: Al realizar el seguimiento y evolución de la paciente, nos comunica un mes después que está asíntomática.
Observaciones: Éste es un bonito caso, ilustrativo, que nos muestra cómo funciona la Terapia Neural, que siempre busca el origen del desorden en su sistema nervioso vegetativo. En el caso de nuestra paciente, la causa se produjo a los 7 años de edad, en la operación de amígdalas, ya que le provocó una alteración en sus circuitos de autoorganización, que constituyen el movimiento de la vida. Estos circuitos funcionan desde la creación de la primera célula y desaparecen con la muerte. Durante la vida siguen su función tanto en la salud como en la enfermedad. Es cuando estos circuitos dejan de ser biológicamente económicos que se produce un desorden en el ser humano, que desembocará en enfermedad.